Escultura centenario de Lobería

Durante el segundo período de Fioramonti como jefe comunal, se celebró  el Centenario de la fundación de la ciudad en un marco austero, pero imbuido de un pleno reconocimiento a los pioneros que, sobre fines del siglo XIX eligieron estas ricas tierras para asentar sus esfuerzos y forjar las bases de su porvenir. En la oportunidad, el ejecutivo convocó a representantes de instituciones  intermedias para constituir una comisión de festejos, a efectos de darle a la celebración el esplendor que merecía. Con espíritu participativo, los vecinos y los funcionarios municipales se dedicaron a programar los actos que tuvo como jornada central, el jueves 31 de enero de 1991, fecha en que se cumplieron los primeros cien años de vida de Lobería.

Con motivo de esta conmemoración, alumnos de un Curso de Decoración de Interiores, dirigidos por el Prof. Carlos Marina, tuvieron la iniciativa de levantar una escultura en homenaje a tan trascendental acontecimiento. La composición fue emplazada en el hall del Palacio Municipal y se utilizaron diversos elementos en estrecha correspondencia con la historia local, adoptando de esta forma cada símbolo utilizado una gran significación. La base representa los hornos de ladrillos: importantes en el desarrollo económico del creciente pueblo, en tanto que en la parte superior se ubican un lobo marino: fauna distintiva de la región desde sus orígenes, una rueda de carreta: medio de transporte utilizado por los primeros aventureros que decidieron poblar el pago, una espiga de trigo: cultivo que permitió el florecimiento de una economía agrícola y una flecha en memoria de los indios pampas, primero pobladores de la extensa zona.

La originalidad que presenta el simbolismo no se basa en las técnicas usadas, sino en el contenido que tiene dicha escultura para los loberenses.