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1 - Busto al Gral. José de San Martín

El punto de partida para iniciar nuestro recorrido por la escultura pública de Lobería es el busto de San Martín, que se erigió en la explanada del Palacio Municipal durante el último período como jefe comunal del representante del Partido Demócrata Nacional, Manuel Justo Raggio.

Por iniciativa de un grupo de vecinos y con el objeto de homenajear en bronce al padre de la patria se constituyó una Comisión Pro Busto presidida por el Dr. Belisario Otamendi, la cual logró llevar a buen término el homenaje al glorioso Capitán de los Andes. El busto, ejecutado por el Arsenal Esteban De Luca del Ejército Argentino, se inauguró el 15 de marzo de 1936, con un amplio y variado programa en el que se estuvieron presentes el Jefe de la Quinta Región Militar, Gral. Juan Vacarezza y el Almirante Pedro Casal, en representación del Instituto Sanmartiniano, vecinos, asociaciones deportivas y   autoridades de la Biblioteca Popular Sarmiento, quienes, provistos de sus banderas y dirigidas por los respectivos presidentes, acompañaron el desarrollo del acto, el cual contó con la presencia de la Banda Militar del Regimiento 5° de Infantería, la que ejecutó los acordes del Himno Nacional Argentino, que una numerosa concurrencia cantó con vivo entusiasmo.

La jornada inició a las 9:30 con concentración escolar en la Escuela N°1, repartiéndose golosinas a todos los niños y, a las 10:30 al pie del busto, se ofició una misa de campaña.

Posteriormente inició la ceremonia el Presidente de la comisión de homenaje con una elocuente alocución:  

“Señores representantes del Instituto Sanmartiniano Gral. Juan Vacarezza y Almirante Pedro Casal. Señor Intendente, señoras, señores:

La ciudad de Lobería rompe su silencio habitual y se incorpora en el día de hoy para honrar mediante la inauguración de un monumento al Gral. José de San Martín, hijo predilecto de la gloria y la patria.

Este homenaje era un anhelo público latente, sólo bastó el lanzamiento de la idea de su celebración, para que todos sus habitantes, tanto argentinos como extranjeros, se uniesen en un haz de voluntad colectiva y colaborasen en la medida de sus fuerzas en lo que podríamos llamar su cristalización.

Es que en todos los espíritus vibra el sentimiento de patria que él encierra, pues la patria no es solamente el límite territorial o el sol en que hemos nacido, o la tierra en que labramos nuestro bienestar o disciplinamos nuestro trabajo. La patria es algo más, es nuestro pasado, son nuestros hechos gloriosos, nuestros hombres ilustres, es nuestro porvenir.

De aquí surge el amor a esa tierra, el orgullo por su tradición, la esperanza de su engrandecimiento en el futuro. Por todo, deseamos a la patria ennoblecida, poderosa y digna y como consecuencia, el ennoblecimiento al poder y la dignidad de sus hijos.

Aunque modesto pedestal de piedra que hemos deseado sea arrancado de los cerros de esta región, como demostración de una riqueza de un futuro próximo en esta zona, en la que se yergue el busto del Libertador en bronce, que le representa con el vigor y la firmeza que le son característicos, no es por eso menos elocuente y noble y como esperamos, servirá de lección constante para nosotros y los que nos sucedan. San Martín es un símbolo y como tal debemos honrarle y conocerle.

La ingratitud de los pueblos durante su vida se ha trocado en glorificación después de su muerte.

El General Urquiza, en un decreto dado en San José el 16 de julio de 1851, señala en sus considerandos entre otras cosas “que es un deber de los pueblos como de los gobiernos eternizar la memoria de los eminentes ciudadanos que en los campos de la guerra o por señalados servicios han hecho acreedores al aprecio de sus contemporáneos o a la admiración de la posteridad.”

El 13 de julio de 1862, era inaugurada la estatua que se levantaba por óbole ciudadano. Pudo entonces decir el General Bartolomé Mitre entre otras bellezas y sentidas frases: “la justicia póstuma de los pueblos han comprendido al fin en el Gran Capitán el hábil político, al hombre superior a las ambiciones vulgares, que supo dirigir la fuerza con inteligencia y vigor y uso de poder con moderación y con firmeza, para hacer servir todo el triunfo de la grande y noble causa a que había consagrado su espada, su corazón y su cabeza”. Y más adelante agregaba: “debémosle este homenaje de gratitud póstuma nosotros, a quienes legó su corazón al morir; porque San Martín es verdaderamente grande, considerado como hombre americano. Para quien la revolución del Nuevo Continente no tuvo frontera, tiene además títulos especiales a nuestra gratitud considerándolo puramente del punto de vista de la historia y de la nacionalidad”.

A estos primeros homenajes han seguido una serie interminable que sería largo enumerar y a la que para gloria de ella misma, se ha unido la ciudad de Lobería.

Es que la justicia póstuma en la cual confiara San Martín, sigue su marcha ascendente y es deber de los argentinos continuarla para bien de la patria y de nosotros mismos.

….Solo me resta agradecer en este acto a las autoridades el apoyo prestado, al pueblo su contribución generosa, a la prensa su colaboración desinteresada y patriótica y a las instituciones culturales, Filantrópicas y Deportivas su adhesión espontanea, que en muchas de ellas se ha exteriorizado en placas colocadas al pie del busto del Libertador.

Pero antes de terminar, no puedo dejar de hacer notar la ayuda del Instituto Sanmartiniano de Buenos Aires, que con el prestigio de su nombre y el valor de sus hombres han honrado a esta ciudad, siendo especialmente digno de mención su Presidente, el Doctor José Pacifico Otero, que nos obsequiara con su magnífica conferencia el 25 de Enero y el General Juan Esteban Vacarezza por sus gestiones ante los poderes públicos y que nos honra con su presencia conjuntamente con nuestro digno colega el almirante Casal.

Señor Intendente:

En nombre de La Comisión que tengo el honor de presidir, os hago entrega de este monumento que quedará confiado al celo de la Municipalidad que presidia, haciendo votos para que a su sombra todos los habitantes de esta ciudad, inspirados en las enseñanzas que nos legara esta figura que honramos, vivan unidos en un mismo sentimiento de justicia e igualdad a fin de que nunca vuelvan las épocas que enlutaron los primeros años de vida de nuestra Patria. Es este el mejor culto que podemos rendir al glorioso Capitán de los Andes, al General José de San Martín.”

A su término el orador hizo entrega del busto a la autoridad municipal, quien a su vez, en nombre de la comunidad recibió aquel, resaltando el agradecimiento popular y la importancia de la iniciativa. [1]

En esta oportunidad, la Unión Vecinal de Quequén adhirió a los actos comprometiéndose a concurrir la Comisión Directiva en pleno, organizándose  camiones para trasladar a los vecinos y ómnibus para los maestros y alumnos de las escuelas de dicha  localidad.

El estado de los caminos, a raíz de las  lluvias, impidió que llegara la comitiva para acompañar el desarrollo del acto. Solamente asistió al homenaje un reducido grupo de vecinos que pudo cumplir con el programa, depositando al pie del busto una ofrenda floral y tomando la palabra el escribano Sr. Manuel José Calisé manifestó:

“… El pueblo de Quequén Presente está! en este solemne acto patriótico. La Unión Vecinal de Fomento de esa localidad, fiel guardiana a las tradiciones gloriosas, argentinas, cumple con un altísimo deber de asociarse, por medio de estas palabras, al justiciero homenaje de gratitud hacia nuestro prócer máximum de nuestra libertad, al Capitán General Don José de San Martín….

…“Pueblo de Lobería! sed fieles guardianes de este glorioso busto

Extranjeros! Hermanos nuestros, en el suelo patrio, vosotros que habéis hecho un alto a nuestras labores cotidianas, vosotros que lucháis con nosotros los argentinos, por la grandeza de la Nación; vosotros que sois respetuosos a nuestras leyes y a nuestras tradiciones gloriosas; sed vosotros también los fieles custodios, los fieles guardianes de este bronce y cantad ante esta imagen el Himno sagrado de las libertades.

Señoras y señores: En nombre de la Unión Vecinal de Fomento de Quequén, deposito estas flores al pie de este busto simbólico que el arte ha modelado la figura del Gran Capitán General Gloria al Héroe! He dicho.”[2]

Según las fuentes, para que las palabras de los oradores fueran escuchadas con total nitidez por la nutrida concurrencia, la ceremonia contó con un alto parlante debidamente ubicado.

 

[1] La Opinión Año XVI No     18/03/1936 Pag.1

[2] Boletín Oficial de la Unión Vecinal de Fomento de Quequén – Año 3 N° 32 – Pág. 1 y 2

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